En septiembre la encuesta nacional de Seguridad Pública del INEGI informó que en México “las ciudades con menor percepción de inseguridad fueron San Pedro Garza García, La Paz, Mérida, Los Cabos, Cuajimalpa de Morelos y Saltillo, con 16.6, 21.8, 22.5, 26.9, 29.1 y 30.1%, respectivamente”.
Una baja percepción de inseguridad significa que los ciudadanos de esas ciudades mexicanas se sienten seguros, protegidos, dueños de su tiempo y sobre todo de su espacio. Por supuesto que todo ello favorece ostensiblemente una mejor calidad de vida.
Por otro lado, el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, cuyos indicadores mundialmente conocidos por la elaboración del ranking anual de las ciudades más peligrosas del mundo, afirma que “en Los Cabos y en La Paz los homicidios se desplomaron, pero no por la intervención de la fuerza pública, sino porque un grupo criminal se impuso a sus rivales”.
Sumando más datos, en el año 2015 Milenio y muchas otras publicaciones afirmaban que San Pedro Garza García era el “escondite de los narcos…. El municipio de San Pedro Garza García, en Nuevo León, ha sido uno de los favoritos de líderes criminales para esconderse de las autoridades”. Cinco años después siguen cayendo en prisión líderes narcos residentes en la hermosa ciudad neoleonesa, considerada el área con mayor riqueza y mejor calidad de vida en México y la más rica de América Latina.
Está claro que el INEGI y el Consejo se basan en los mismos números aunque no afirman lo mismo, ya que en las problemáticas de seguridad (al igual que en casi todos los aspectos de la vida social) las “cantidades” no ayudan mucho para comprender la realidad, ya que por sí mismos no dicen nada. Pueden ayudarnos a entender qué sucede, pero no por qué.
Si el narcotráfico lucha por obtener el control territorial, al igual que lo hace (o debería hacer) el Estado, el “éxito” del narco trae consigo más paz y justicia, aunque suene feo decirlo. Es lo que ha sucedido en La Paz y Los Cabos. Una nueva justicia, un nuevo orden y una nueva moral son las herramientas del poder verdadero.
Es bueno entender estas mecánicas que permiten no correr tras indicadores y resultados, sino mediante el diseño, monitoreo y evaluación cualitativa de políticas públicas de seguridad.
Mientras tanto el año 2020 culminará con casi 41 mil homicidios, en una dinámica donde México año tras año se supera a sí mismo, con 4 mil homicidios más que en el pasado año 2019. 112 personas pierden la vida a manos de otras personas cada día en suelo mexicano.
El cumplimiento de la ley sigue siendo una herramienta fallida en el país. Y cuando la ley no se cumple el nombre adecuado para ello es corrupción.
Fuentes:
1 INEGI, Encuesta Pública de Seguridad Pública Urbana. En https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2020/ensu/ensu2020_10.pdf
2 Seguridad Justicia y paz. Estudio: Las 50 ciudades más violentas del mundo 2018.
3 Milenio, San Pedro Garza García, Escondite de los Narcos. En https://www.milenio.com/policia/san-pedro-garza-garcia-escondite-narcos
4 Infobae. Así es San Pedro Garza García, la ciudad más rica de México que implementó la Fase 4 de contingencia por COVID-19. En https://www.infobae.com/america/mexico/2020/04/25/asi-es-san-pedro-garza-garcia-la-ciudad-mas-rica-de-mexico-que-implemento-la-fase-4-de-contingencia-por-covid-19/
5 Forbes. Homicidios en México alcanzarían nuevo récord en 2020 pese al confinamiento, prevé gobierno. En https://www.forbes.com.mx/noticias-homicidios-mexico-nuevo-record-2020-pese-confinamiento-preve-gobierno/
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